Al Dios que Se enfurece, pero permanece siempre calmado para hablar y actuar.
Al Dios que ama plenamente, pero sin capricho o injusticia.
Al Dios que tiene celo y que tiene prisa por la salvación de los hombres, pero nunca es ansioso.
Al Dios que llora por los perdidos, pero no pierde la alegría por los que son salvos.
Al Dios que les da todo a todos y jamás empobrece.
Al Dios que socorre a los que Lo invocan y nunca son desamparados.
Al Dios lleno de misericordia y bondad, y jamás es engañado.
