«No entendía que tenía depresión, pensaba que simplemente estaba triste o enojada. Todo pasó tras la separación de mis padres, les guardé mucho rencor. Busqué llenar mi vacío interior saliendo con personas, pero terminé en una relación en la que hubo maltrato físico y verbal. Cuando se acabó, pasé por mucha ansiedad, sentía que no podía ser feliz sin él y mi tristeza creció. Dormía muchas horas en el día, pero, por las noches tenía insomnio; al estar despierta me la pasaba llorando o queriéndome golpear contra la pared.
Me llevaron a pláticas motivacionales y a algunos rituales, pero al final nada me ayudó, al contrario, me dijeron que no tenía futuro. Llegó el día en que quise aventarme a las vías del tren para acabar con mi vida; sin embargo, conocí la Universal… Ahí conocí la Palabra de Dios y en ella encontré esperanzas y la orientación para luchar contra la tristeza, incluso me dio fuerzas para perdonar a mis padres. De esta manera, mi corazón se limpió del rencor y yo les pedí perdón.
Fue ahí cuando todo cambió, hoy nos llevamos muy bien y disfrutamos del tiempo juntos. También tengo paz y duermo tranquila porque no hay más depresión. Incluso mi vida sentimental sanó, estoy felizmente casada y tengo un bebé. Solo Dios pudo transformar mi situación.» -Cristina Ignacio
Hay esperanza
Si has estado triste o tienes depresión, te invitamos a participar en las reuniones del Templo de los Milagros: Av. Revolución núm. 253, en la colonia Tacubaya, CDMX. Por tu fe, es posible superar el mal del siglo.
También puedes consultar el horario de la reunión en la Universal más cercana a tu domicilio.
(*) La asistencia espiritual no sustituye los cuidados médicos. Será el tipo de trastorno, su origen y el modo de ser de la persona los que configurarán la manera de orientar, en cada caso.
