«Por más de 12 años tuve hemorragias; me hicieron estudios y tratamientos muy costosos tras los cuales me diagnosticaron cáncer en la matriz. Los especialistas me dijeron que debían quitármela, pero no tenía dinero para la operación; pensé que moriría porque no me daban esperanzas. Fui con brujos buscando sanación, pero fue peor: se me subía el muerto, escuchábamos voces, y las luces se prendían y apagaban. Estaba irritable y ya ni siquiera atendía a mis hijos.
Pero el primer día que fui a la Universal percibí un cambio, porque esa misma noche pude dormir y, a pesar de mi situación, tuve paz. Al conocer la historia de la mujer que, por su fe en el Señor, sanó del flujo de sangre, confié en que yo también sanaría. Aferrándome a esa promesa, las hemorragias, los dolores y el cáncer desaparecieron, y no tuvieron que quitarme la matriz. Sin embargo, años después me detectaron un tumor maligno en el pecho, y me dijeron que me quedaba poco tiempo.
Llorando, clamé a Dios y me respondió: “Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano. (2Reyes 20:5)”. La Palabra del Señor fue mi cura, pues, perseverando y confiando en su promesa, me libré de la enfermedad. Hoy, ya no tengo cáncer, tormentos nocturnos ni mal carácter en mi vida; en su lugar, tengo el Espíritu de Dios, que me da alegría. Incluso mis hijos creyeron en el Señor al ver mi cambio.
Su Espíritu Santo también me da amor para ayudar a quien sufre por algún problema, pues, por encima de cualquier situación, está el poder de Dios; solo basta buscarlo con sinceridad.» -Teresa Hermenegildo
Aprovecha esta invitación
No te pierdas esta reunión especial. Fortalece tu alma y tu espíritu con el banquete espiritual que tendremos este día, pues sin duda, al usar tu fe, saldrás lleno de la presencia de Dios.
Te esperamos especialmente a las 7 p. m. en Av. Revolución # 253, col. Tacubaya, alc. Miguel Hidalgo, CDMX. O en la Universal más cercana.
