«Por las drogas terminé en la cárcel»

«Durante 6 años consumí todo tipo de droga: tabaco, alcohol, cristal, cocaína, marihuana, pastillas… Comencé por curiosidad y para encajar en un círculo social, pero lo que empezó como un entretenimiento se convirtió en un vicio. Cuando me drogaba me sentía feliz, pero al pasar el efecto volvía la soledad y la tristeza.

Conocí la Universal desde niño, pero al crecer tomé otros caminos. Mi mamá me invitaba, sin embargo, no me gustaba ir. Me alejé de mi familia, viví en la calle y, por seguir consumiendo, terminé con malas amistades y en la cárcel.

Allí seguía con las adicciones hasta que alguien me recomendó leer Proverbios. Al hacerlo, vi que hablaba de mi vida. Tiré la droga, me arrodillé en el baño y dije: “Dios, si realmente existes, cambia mi vida, porque ya no puedo más”. En ese instante, los vicios acabaron porque conocí al Señor. Aunque estaba encerrado, me sentí libre; Él suplió todo el vacío que existía en mi interior.

Seguí leyendo la Palabra y aplicándola en mi vida. Por la misericordia divina, 2 años después salí en libertad. Aunque al inicio no podía ir seguido a la casa de Dios por seguridad, cuando podía, asistía. Al final, los problemas se resolvieron, mis padres me recibieron de nuevo y hoy tengo un negocio que va bien. En verdad, el Señor escribió una nueva historia en mi vida.» -Juan Valdez

Cura de los vicios

Esta reunión es especial para cualquier persona que esté atravesando un problema de adicciones: alcohol, cigarro, pornografía, juegos de azar, internet, videojuegos, compras compulsivas, trastornos alimenticios, etc.

Pero también este método es para un familiar o amigo dispuesto a extenderle la mano a un ser querido para que sea libre de su adicción.

Te invitamos a que participes en la Cura de los Vicios los domingos a las 4 p. m. en el Templo de los Milagros, Av. Revolución núm. 253, col. Tacubaya. O solicita más información en nuestra agenda de direcciones.

(*) La Universal aclara que todos los conceptos emitidos en este sitio web, así como la programación de radio y de televisión, son cuestiones de fe, en modo alguno deben ser interpretados como elementos con atribuciones terapéuticas, en demérito de la medicina, ni de quienes la practican. NO DEJES DE CONSULTAR A TU MÉDICO