«Si has de volver, oh Israel, vuelve a mí, dice el Señor. Si quitas tus abominaciones de mi presencia y no divagas» (Jeremías 4:1).
Cada vez que usted se pierde, ya sea en sus decisiones como en la forma en la que usa su tiempo, recuerde que cuando estamos cerca de Dios, hay claridad, luz, dirección y visión.
Alejarse de Dios es la cosa más fácil que hay, porque es sutil… usted puede estar en la iglesia y ayudando a los otros, mientras está lejos del Señor.
Por eso Él dice: «vuelve a mí» todos los días, para que no se quede «divagando» por ahí detrás de la apreciación, valor, reconocimiento y aprobación.
