«A los dos años fui abandonado por mi familia, fui abusado y maltratado en casa de mi tío y, más tarde, mi propio padre intentó matarme. A los 14 años me emborraché y me quise enterrar un cuchillo. No apreciaba mi vida porque estaba solo. Cuando conocí a mi madre vi que tenía otra familia y tuve odio contra ella. Desde ahí creció mi sufrimiento, y preparé una soga para colgarme, pero no lo logré. Más tarde formé una familia, no quería ser como mis padres, pero maltrataba a mi esposa y a mis hijas; no teníamos para comer, ni para vestir. Entregué mi vida y la de mi familia a entes malignos, pero todo empeoró. Estaba perdiendo la vista y ya no podía caminar, también tuve pesadillas y pensamientos de muerte.
Comencé a ir a la Universal, pero durante 3 años fui incrédulo. Hasta que caí en el fondo del pozo. En ese caso, pensé: “si realmente Dios existe, puede cambiar mi vida, ya no quiero sufrir”. Entonces me desafié y desafié a Dios, Le pedí perdón por todo lo que había hecho y me humillé en el Altar, porque entendí que todo es en vano mientras uno esté en viviendo equivocadamente. Con obediencia, me esforcé para recibir al Espíritu Santo. A partir de ese día, mi familia fue transformada y mi economía también.
Desde que prioricé a Dios, todo lo demás vino por añadidura. Él me mostró que, a través de mi negocio, podía bendecirme, y actualmente no nos falta nada. Le doy gracias porque me dio la visión, me quitó el miedo y quitó mis traumas. Desde niño no había sido feliz y nunca tuve el amor de mis padres, pero el día que tuve el encuentro con mi Padre celestial, todo cambió. Porque ahora soy feliz, tengo amor, tengo gozo, tengo seguridad. Incluso no fui a la escuela, pero Dios me está preparando, porque quiero glorificar y honrar Su nombre. Mi conquista más importante ha sido el Espíritu Santo.» – Joel Flores
Junio: el Mes de la Honra
Entre deudas, peleas en el matrimonio, frustraciones en la vida amorosa, adicciones, salud fragilizada y una lista interminable de problemas y pesares, no es raro que algunos se terminen cegados por la desesperación, sobre todo porque ninguna de las puertas que han tocado les brinda alguna respuesta. Solo han escuchado promesas de que las cosas se van a resolver, pero únicamente oyen palabras y no ven resultados.
Entonces, ¿en quién confiar cuando hoy en día la palabra del ser humano ha perdido su valor?
Hay alguien cuya Palabra continúa fuerte y vigente, es fiel y, sobre todo, responde…
Muchos no saben que justo en las horas difíciles Dios también se muestra fiel para quien Lo honra en primer lugar y se aferra a Sus promesas divinas.
Estamos viviendo días muy importantes en la Universal. Junio es el Mes de la Honra al Señor.
Del 2 al 9 de junio, en todas las Universal, será la semana del desafío, un periodo en el que probaremos a Dios y buscaremos, por medio de la fe, el cumplimiento de Sus promesas.
También acompaña de lunes a viernes el Clamor a Cielo Abierto, a las 6 a. m., en las páginas de Facebook y YouTube del obispo Franklin Sanches y de la Universal México, también puedes sintonizarlo en UNIFE, canal 8.3.
