«Mis papás se separaron por el alcoholismo de mi padre y, como mi mamá trabajaba, me quedé al cuidado de mis hermanitas. Cuando crecí, me casé, pero con sufrimiento. Desde antes del matrimonio, padecía un dolor muy fuerte en la cabeza; yo decía que esto era por el estrés que había atravesado. Al principio, este se iba después de tomar unas pastillas; sin embargo, la enfermedad fue creciendo con el tiempo.
Tras acudir a atención especializada, me recetaron unas pastillas. Solo que estas me drogaban y no podía hacer nada. Después, me encontraron un tumor en la cabeza. No era canceroso, me lo podían quitar. Llegó un momento en que esto avanzó a tal punto que, si me bañaba o tocaba el suelo, me daba algo parecido a unos “toques”. Aunque me operaron, no lo extirparon del todo porque estaba muy cerca del cerebro y, si lo hacían, corría el riesgo de no poder caminar. Lo peor no era eso, aun tras la intervención el dolor no paró.
Para ese entonces ya conocía la Universal por lo que había visto en su programa, y como había llegado a este punto, decidí acudir. Empecé a ir y Dios comenzó a obrar en mi salud por medio de mi fe. El dolor se había quitado milagrosamente y podía dormir bien.
Hoy solo queda la marca física de lo que me sucedió, pero eso me permite compartirles a los demás, sobre todo a aquellos que padecen por una situación semejante a la mía, que existe un Dios grande; si uno cree primero en Su Palabra, es posible salir adelante, pero sin ella no podremos hacer nada. Obedecerla es lo que genera cambios en una vida.» -Blanca Estrada
Reunión de Sanidad
Si esta es tu situación o la de algún ser querido, te invitamos a participar en la Reunión de Sanidad. El encuentro tiene como objetivo enseñar a las personas a usar su fe para cambiar su situación de salud. Te esperamos todos los martes en la Universal más cercana.
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La Universal aclara que todos los conceptos emitidos en este sitio web, así como la programación de radio y de televisión, son cuestiones de fe, en modo alguno deben ser interpretados como elementos con atribuciones terapéuticas, sin demérito de la medicina, ni de quienes la practican. NO DEJES DE CONSULTAR A TU MÉDICO.