«Las discusiones comenzaron a la semana de que nos casamos, pero todo empeoró cuando tuvimos deudas, debíamos 200 mil pesos. Había muchos pleitos en mi matrimonio, había infidelidad de ambos y casi diario peleábamos con golpes y gritos, a veces ella salía sangrada, por más que intentaba dejarle de pegar, no podía; teníamos odio y resentimiento. También caí en los vicios del alcohol y el cigarro. Nunca pensé que estuviera mal lo que estaba pasando, solo sabía que en cualquier momento se iba a terminar el matrimonio. Me sentía muy frustrado, que no valía nada, en varias ocasiones intentamos quitarnos la vida.
El día que llegué a la Universal aprendí a hablar con Dios y Le conté nuestra situación, me sentí libre y se acabaron los golpes. En el transcurso, ya no fumé ni tomé. Tuve la necesidad de acercarme más a Dios y no Lo abandoné. Durante años Le pedí por mi economía y no obtuve resultados. Recuerdo que una vez le dije: “Señor, he participado de una Hoguera Santa tras otra, pero llego a la casa, veo mi refri y a veces no hay que comer, quiero un cambio en mi economía”. Dios me había pedido que Le sirviera, pero nunca obedecí, entonces en otra Hoguera Santa, subí al Altar y volví a pedirle por mi economía, pero esta vez le entregué mi obediencia y comencé a servirle como Él me había pedido: “Si Me amas, apacienta mis ovejas”.
Así fueron llegando las bendiciones de trabajo, y ya teníamos para comprar ropa y comida. Tuve tentaciones para desobedecerle, pero me mantuve fiel porque Él ya me había cumplido. Después me dio la visión para poner un negocio de aguas frescas y me bendijo con mucho trabajo y clientes, incluso pudimos cubrir un evento muy grande en Saltillo. No teníamos muebles y pudimos comprarlos, también adquirimos una camioneta nueva. Pero lo mejor que me ha pasado es recibir el Espíritu Santo: así como Él cambió mi manera de pensar, puede hacer lo mismo con los demás. Él te da todo. Por ejemplo, si ahora se me presenta una situación que no puedo hacer en mi negocio, le pido sabiduría y me orienta en mis soluciones. Por eso es necesario recibir esta bendición antes que todo y con todas tus fuerzas.» -Jesús Zavala
Reunión del Espíritu Santo
En la vida siempre aparecerán «Peninas» para obstaculizar y burlarse de tu fe, pero la elección de cómo actuar ante eso es tuya. Quien confía en Dios y le entrega su vida, es sorprendido con Su poder, que realiza más de lo que esperamos.
El domingo 21 de julio estaremos en esta fe. Así como Ana, el secreto para tener una vida diferente está en buscar primero tu bienestar espiritual, es decir, recibir al propio Dios en tu vida.
Te esperamos especialmente a las 10 a. m. en el Templo de los Milagros: Av. Revolución # 253, col. Tacubaya. O bien, en una Universal, para encontrar la más cercana a tu ubicación, haz clic aquí.
Sigue con: Domingo 21 de julio: ¿hay modo de darle un basta a la humillación?
