«He aquí, la tempestad del Señor ha salido con furor, un torbellino impetuoso descargará sobre la cabeza de los impíos. No se apartará la ira del Señor hasta que haya realizado y llevado a cabo los propósitos de su corazón. En los postreros días lo entenderéis claramente» (Jeremías 23:19-20).
La ira de Dios vendrá como una tormenta sobre aquellos que Lo ignoran y desprecian Su Palabra. Está muy claro a los ojos de los justos que pronto llegará Su justicia, porque, cada día, el mundo se vuelve más frío, cruel y sin conciencia de sus maldades.