«Sufrí maltrato y fui abusada por mi propia pareja. Por causa de ello, tuve 5 hijos, pero quise quitarme la vida porque no quería tenerlos. Como fueron consecutivos, la gente se burlaba, pero no sabían mi situación. Me sentía atada, no le decía a mi familia porque no me apoyaban (de hecho, me sentía rechazada por ellos porque siempre me hacían sentirme mal). Lo que tenía no era una vida feliz. Le pedí ayuda a Dios, sabía que existía, pero preguntaba: “¡en dónde estás?”.
Pero una noche, viendo la televisión, conocí la Universal. La primera vez que asistí fui directo al Altar y lo primero que hice fue llorar, le pedí perdón a Dios porque siempre me llamaba y yo nunca Lo escuchaba. Sentí una descarga de todo lo que sentía, tuve mucha tranquilidad y quise un cambio. En ese lapso, me separé de mi pareja y me quedé con mis hijos, pero no tenía trabajo, juntaba botellas para venderlas y así tener algo para ellos.
Empecé a buscar más de Dios y, usando mi fe, dejé de sentir angustia, también conseguí trabajo. Descubrí que Dios era mucho mejor de lo que me habían contado. Por esta razón, me esforcé para recibir el Espíritu Santo, tuve que perdonar a mi expareja y a mis hermanos, incluso a una persona que me había hecho brujería. A pesar de las críticas de los que me rodeaban, continué en mi fe porque solo Dios me había ayudado. De esta manera fui sincera con Él y Le entregué mi vida, entonces Él me dio el Espíritu Santo.
Desde ese momento todo cambió, ahora soy feliz con lo que Dios me da, estoy estable económicamente, soy alegre con mis hijos y me llevo bien con mis hermanos, ya no le tengo odio a nadie. Antes no me sentía capaz de nada, pero, aunque no tengo una profesión, si me dicen en el trabajo: “quiero que aprendas esto”, busco la dirección de Dios y me capacito para aprender, me siento una mujer fuerte y segura porque Él sanó mi corazón. El Señor es la única solución para salir del fango donde uno se encuentra, tiene el poder de cambiar vidas cuando uno es sincero con Él.» -Martha Cano
Aprovecha esta invitación
No te pierdas esta reunión especial. Fortalece tu alma y tu espíritu con el banquete espiritual que tendremos este día, pues sin duda, al usar tu fe, saldrás lleno de la presencia de Dios.
Te esperamos especialmente a las 7 p. m. en Av. Revolución # 253, col. Tacubaya, alc. Miguel Hidalgo, CDMX. O en la Universal más cercana.
Continúa con: «De un momento a otro mi economía se vino abajo; me quería morir»
