¿Está lleno?

El pasado domingo 16 de marzo, en el Santo Culto, el obispo Franklin Sanches habló sobre la plenitud que solo Jesús puede ofrecer. En un mundo dominado por la búsqueda de satisfacción inmediata, el ser humano intenta llenar su vacío con relaciones, adicciones, redes sociales o consumismo. Sin embargo, estas son soluciones pasajeras que no resuelven la necesidad más profunda del alma.
«Jesús hizo una declaración extraordinaria, mostrándonos que Él es todo lo que nosotros necesitamos, todo», afirmó el obispo Franklin al citar Juan 6:35: «Yo soy el pan de la vida; el que viene a Mí no tendrá hambre, y el que cree en Mí nunca tendrá sed». Con esta revelación, Jesús dejó claro que solo en Él encontramos la verdadera saciedad del alma.
El obispo ilustró su mensaje con ejemplos cotidianos. Habló de la crisis de infidelidad en los matrimonios, el aumento de las adicciones y la dependencia de las redes sociales. «Las personas están buscando algo que las haga sentirse mejor», explicó. «Pero ninguna de esas cosas las llena, porque son paliativos, soluciones superficiales».
Jesús comparó Su presencia con el pan y el agua, elementos esenciales para la vida. «Usted puede vivir sin muchas cosas, pero no sin pan y agua», recalcó el obispo Franklin. De la misma manera, el alma humana necesita a Dios para estar completa. «Mientras Jesús no entre a su vida, usted va a sentirse incompleto», advirtió. Incluso aquellos que están dentro de la iglesia pueden seguir vacíos si solo buscan bendiciones y no al propio Jesús.
El obispo también se refirió al peligro de una vida espiritual superficial, mencionando casos de personas que, al no haber sido realmente llenas por Dios, cayeron en depresiones profundas o incluso en el suicidio. «¿Por qué? Porque la persona está dentro de una institución religiosa, pero Jesús no está dentro de ella».
En cambio, quien recibe la presencia del Espíritu Santo vive pleno y se vuelve la persona más rica del mundo.
Finalmente, el obispo enfatizó la necesidad de mantener la plenitud espiritual a través de la búsqueda constante de Dios. «No se trata de que una vez lleno, permanece lleno para siempre», recordó, mencionando la importancia de la oración, la lectura de la Palabra y la participación en la iglesia para no apagar el fuego de la fe. «Si usted sufre una desilusión, una decepción, no se va a querer morir, porque usted está lleno».
Para finalizar, el obispo dejó una enseñanza clara: solo Jesús puede satisfacer la necesidad del alma humana. Mientras las personas sigan buscando en este mundo lo que solo pueden encontrar en Dios, seguirán sintiéndose vacías.
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