«Solo una, nada más!”, muchas personas suelen decir esto para justificar el hecho de alcoholizarse. Lamentablemente, lo que inicia como algo inofensivo, acaba en un vicio difícil de desprenderse de él y que, consecuentemente, afecta la familia, la economía, la salud y la espiritualidad, pues muchos pierden la paz y se deprimen. Y esto los lleva a tomar aún más…
En ocasiones, algunas personas con problemas de adicción son consideradas como casos perdidos, pues tras prometer que cambiarán en múltiples ocasiones y, de hecho, intentarlo de muchas maneras, no logran salir adelante. Pero ¿realmente es imposible superar un vicio? ¿Una persona con este tipo de problema debe resignarse a vivir así hasta que muera?
Al respecto, el obispo Edir Macedo responde lo siguiente:
“Sea cual sea el vicio, crack, cocaína, apuestas, internet, pornografía… es un espíritu y este toma el centro del sistema nervioso de la persona y actúa sobre la voluntad de ella. Solo el poder de la fe es capaz de arrancar esa maldición, solo el poder de Dios hace neutralizar todo tipo de espíritu, cualquiera que sea. No existe espíritu que pueda resistir al Espíritu de la fe”.
Conscientes de esto, el grupo de voluntarios de La Última Piedra, integrado por personas que superaron sus problemas de adicción cuando llegaron al Centro de Ayuda Universal y buscaron a Dios, salen constantemente a las calles para compartir su historia de superación y, por medio de ella, enseñar que el vicio sí tiene cura cuando se cree en el Él con toda la fuerza. Si tú o algún familiar tienen alguna adicción, desean darle un punto final y tienen la convicción que de la mano de Dios pueden dejarla atrás, acércate a cualquier Universal y pide informes sobre el Propósito de Fe en contra de los Vicios, realizado los domingos a las 3 p. m. ¡No todo está perdido!
Los vicios intentaron destruir su hogar

“Mis padres eran alcohólicos, pero especialmente, cuando mi papá estaba bajos los efectos del alcohol se ponía muy agresivo con todo mundo. Por su parte, mi madre salía mucho a fiestas con malas amistades e, incluso, en una de esas salidas conoció a alguien con quien le fue infiel a mi padre. Esa situación nos afectó mucho a mí y a mis hermanos.
Con el tiempo, mi carácter también cambió para mal y ya no respetaba a mis padres, ¡los odiaba por la vida que nos daban! En ese lapso, conocí personas que me condujeron a probar el alcohol, marihuana, cocaína y el LSD. Mis padres me regañaban, pero les echaba en cara que ellos no eran un ejemplo para mí… Además, nuestra economía estaba por el suelo y mi hermano estaba enfermo.
Conocer a Dios fue el factor principal que me ayudó a salir de los vicios, pues con Él logré lo que con mi propia fuerza no pude. Conforme participaba en el Propósito de Fe en contra de los Vicios, el rencor por mis padres se fue.
Ahora, la relación con ellos es distinta, incluso porque también se entregaron a Dios y superaron su problema de adicción.
Por otra parte, mi hermano sanó y nuestra economía dio un giro, estamos bien. ¡Soy muy feliz!”, Mireya Teja.
¡La cura depende de tu actitud!
Método comprobado
Sin medicamento ׀ Sin internarse ׀ Sin Costo
Domingo 3pm Av. Revolución 253, Colonia Tacubaya