«Ella, muy angustiada, oraba al Señor y lloraba amargamente. Entonces hizo voto y dijo: Oh Señor de los ejércitos, si te dignas mirar la aflicción de Tu sierva, te acuerdas de mí y no te olvidas de Tu sierva, sino que das un hijo a Tu sierva, yo lo dedicaré al Señor por todos los días de su vida y nunca pasará navaja sobre su cabeza. Mientras ella continuaba en oración delante del Señor, Elí le estaba observando la boca. Pero Ana hablaba en su corazón, solo sus labios se movían y su voz no se oía.»
1 Samuel 1:10-13
Extraído del blog del Obispo Macedo
Medita también en este mensaje: EL REINO DE DIOS ES UN REINO DE JUSTICIA, ORDEN Y DISCIPLINA