Comprenda la importancia de nacer realmente de Dios
Para que haya armonía con alguien, los dos deben compartir los mismos objetivos y, sobre todo, los pensamientos. Por eso, el apóstol Pablo orientó que las personas no se unan en yugo desigual, es decir, que no estén con los incrédulos (2 Corintios 6:14).
Esa desigualdad de pensamientos pudo verse en la vida de Abraham, con respecto a su sobrino Lot. Dios le ordenó a Abraham que saliera de su casa y dejara su parentela, aunque se había llevado a Lot. Sin embargo, él siguió con su tío para estar rodeado de las bendiciones de Abraham. “Como Lot no había escuchado la voz de Dios, no tenía la visión de la fe”, destacó el obispo Macedo.
Sin embargo, la diferencia de fe de los dos hizo que, en un determinado momento, se separaran. Abraham le ordenó a su sobrino que eligiera un camino a seguir, mientras que él se iría en dirección opuesta (Génesis 13:8-11).
“Lot levantó los ojos y vio una tierra productiva, bien regada y que tenía todo para que las cosas resultaran bien. Entonces, él eligió seguir rumbo a la llanura y Abraham se fue hacia el lado opuesto: el desierto”, señaló el obispo, que además aclaró quién puede ser un “Lot de los tiempos modernos”.
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En la iglesia, pero fuera del altar
En concreto, “son los que están dentro de la iglesia, pero fuera del altar. No quieren sacrificar su vida, como Abraham lo hizo. A causa de eso, se quedan dentro de la iglesia, cantan, participan de la Santa Cena…, pero aún no tuvieron un encuentro con Jesús. No recibieron el Espíritu Santo, porque están ansiosos por las cosas del mundo”, alertó el obispo.
Él incluso aclaró que quienes realmente son de Dios piensan en servirle. “Quien es nacido de Dios le sirve y piensa en las cosas de lo Alto, es decir, está interesado en agradar a Dios”, agregó el obispo.
Reflexione, ¿usted ha sido un Lot moderno?
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