«Siempre viví con mi mamá, pero después se juntó con alguien que la maltrataba, a causa de ello, tuve un odio grande hacia él. En una ocasión que estaban discutiendo, agarré un cuchillo para intentar matarlo, incluso dormía con el cuchillo en la almohada por si tenía que defenderme; también imaginaba planes de venganza contra él. Conforme fui creciendo, me refugié en malas amistades y en el alcohol, también me volví agresiva porque creí que era la única forma para protegerme, pensaba que nadie podría ayudarme.
Desde muy joven asistía a la Universal con mi mamá y mis hermanos, pero fue años después cuando Dios me mostró que debía limpiar mi corazón porque el rencor me lastimaba solo a mí. Comprendí que estaba equivocada y comencé a perseverar en la fe, incluso me bauticé en las aguas para comenzar una nueva vida. Fue difícil alejarme de las malas amistades, del mal carácter y de las cosas que me hacían daño, pero ya había intentado agradar a las personas sin obtener resultados buenos, por eso esta vez quise agradarle a Dios para que Él me transformara.
Aunque mis compañeros seguían invitándome a fiestas, y en mi casa seguían los mismos problemas, confié cuando leí en Su Palabra: “Ahora tú no comprendes lo que Yo hago, pero lo entenderás después”. Empecé a buscar Su Espíritu todo el tiempo, con sinceridad hablaba con Dios y me ayudó a limpiarme del rencor que tenía, incluso pedí perdón y me perdoné a mí misma.
Cuando recibí el Espíritu Santo me sentí limpia y con una paz que nunca tuve. Terminó el odio contra mi padrastro y también los deseos de venganza; también me sanó de los vicios y de la tristeza. A veces creemos que no podemos cambiar, pero con Dios sí se puede. Aunque tengamos fallas, o pensemos que no merecemos, cuando le entregamos nuestros miedos, dudas y fallas; Él siempre va a estar para fortalecernos y darnos una vida nueva.» – Lesly Ortiz
Aprovecha esta invitación
No te pierdas esta reunión especial. Fortalece tu alma y tu espíritu con el banquete espiritual que tendremos este día, pues sin duda, al usar tu fe, saldrás lleno de la presencia de Dios.
Te esperamos especialmente a las 7 p. m. en Av. Revolución # 253, col. Tacubaya, alc. Miguel Hidalgo, CDMX. O en la Universal más cercana.
