«Cuando venían los ataques, no podía controlarme»

«Empecé a notar mi depresión cuando sentí mareo, visión borrosa y ganas de llorar. Con el tiempo, esos episodios se volvieron más intensos, con sensación de ahogo y ataques de pánico. Sentía mucho miedo, temblaba y tenía ganas de gritar. Busqué la ayuda de especialistas, pero los remedios solo me brindaban alivio temporal. Dependía de mi hermana porque ya no podía controlarme. El miedo era intenso, dejé de trabajar y de atender a mis hijos; incluso ver un cuchillo al cocinar despertaba en mí pensamientos aterradores.
En una clínica escuché de la Universal y me invitaron. Al principio dudé en ir, pero cuando me decidí, me escucharon y empecé a acudir a las reuniones. A medida que ponía en práctica las orientaciones de la Palabra de Dios y oraba con fe, todo comenzó a cambiar.
Poco a poco recuperé mi vida: volví a comer, dormir, salir a la calle y trabajar, inclusive dejé de tomar remedios. Después entendí que, más allá de sanar, necesitaba el Espíritu Santo (la presencia del propio Dios habitando en el interior de una persona) para tener protección completa, así que me dediqué a buscar este tesoro.
Cuando Él confirmó que estaba conmigo, fue algo inexplicable: el vacío terminó y me dio todo lo que necesitaba. Por eso creo que quien lo busca en Él hallará ayuda y nunca será traicionado.» -Virginia Bucio
Aprovecha esta invitación
No te pierdas esta reunión especial. Todos los miércoles, fortalece tu alma y tu espíritu con el banquete espiritual que tendremos este día, pues sin duda, al usar tu fe, saldrás lleno de la presencia de Dios.
Te esperamos especialmente a las 7 p. m., en Av. Revolución # 253, col. Tacubaya, alc. Miguel Hidalgo, CDMX. O en la Universal más cercana.
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