Es normal que las personas quieran protegerse ante cosas o circunstancias que no pueden controlar, como el llamado mal de ojo, o contra las pérdidas en un negocio, etc. Sin embargo, detrás de una simple pulsera puede estar algo peor de lo que originalmente se querían proteger.
¿Qué es un amuleto?
Es un objeto al que se le atribuyen propiedades de «protección o suerte», tienen diferentes formas y presentaciones, como pulseras, collares, estampas, folletos, elaborados con metal, hilo, tela, piedras, etc.
Históricamente, los amuletos han sido usados desde tiempos antiguos, como puede ser visto en el ojo de Horus que era utilizado en el antiguo Egipto.
Cada amuleto tiene un propósito «diferente», los hay para el amor, la suerte, contra el mal de ojo, para protección en contra de los enemigos, entre otros.
¿Por qué no son recomendables?
Normalmente cuando se pide un trabajo así, se realiza un ritual para presentar a la entidad que será la encargada de «proteger» a la persona, comúnmente les dice que deben llamar a su «ángel» o «familiar» ya fallecido. Lo que en realidad se está haciendo es entregando a la persona a una entidad, dejándola más susceptible a las obras del mal.
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Aunque tener un amuleto pueda, aparentemente, hacer sentir a la persona un poco más segura, no hay nada que pueda darle la seguridad y protección que Dios puede brindar.
«Tal vez alguien les diga: “Preguntemos a los médiums y a los que consultan los espíritus de los muertos; con sus susurros y balbuceos nos dirán qué debemos hacer”. Pero ¿acaso no deberá el pueblo pedirle a Dios que lo guíe? ¿Deberían los vivos buscar orientación de los muertos? ¡Busquen las instrucciones y las enseñanzas de Dios!» (Isaías 8:19-20).
Meditemos, si en la Palabra dice que «es mejor refugiarse en el Señor que confiar en el hombre.» (Salmos 118:8). Ahora imagina confiar en un amuleto.
Viernes de Liberación Espiritual
Entonces, ¿cómo protegerse, siendo que cualquiera puede ser blanco del mal?
Podemos encontrar la respuesta en el pasado. Dios le ordenó al pueblo de Israel que pusiera una marca en los dinteles de las puertas de sus hogares, simbolizando así la protección divina. Con esta marca, el ángel de la muerte no entraría.
«La sangre les será a ustedes por señal en las casas donde estén. Cuando Yo vea la sangre pasaré de largo, y ninguna plaga vendrá sobre ustedes para destruirlos…» (Éxodo 12:13).
Esta promesa de Dios es la misma para aquellos que creen de verdad en Su Palabra. Con base en este versículo, este viernes 5 de abril, en la reunión de Liberación Espiritual se estará distribuyendo el elemento de protección. En el encuentro se te explicará cómo usarlo y, por medio de tu fe, encuentres la protección para tu hogar.
Te esperamos en Av. Revolución núm. 253, colonia Tacubaya, especialmente a las 7 p. m., o bien haz clic aquí para conocer la Universal más cercana a ti.
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