«Adoraba a la muerte ofrendándole cosas para obtener la respuesta de lo que quería»

«Durante 5 años adoré a la muerte. Cada fin de semana le hacía fiestas, después se me hizo un vicio, quería hacerlo todos los días. Cada 8 días le ofrendaba algo a ella: cervezas, cigarros, alcohol, fruta de la que –según creía– le agradaba, y así.
A veces, no tenía nada, pero hacía el esfuerzo de darle algo y de esa manera, obtener respuesta de lo que yo quería por los problemas que pasaba. Pero eso nunca sucedió porque, de hecho, empeoraban las cosas.
Desde los 13 años decido salir de mi casa queriendo ser independiente, según para trabajar, estudiar… Pero todo fue al revés: llegué ser independiente, sin embargo, en las fiestas conocí personas que me llevaron a los vicios».
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