«Pero yo os mostraré a quién debéis temer: temed al que, después de matar, tiene poder para arrojar al infierno; sí, os digo: a este, ¡temed!» (Lucas 12:5)
El Señor Jesús reveló el Poder y la Majestad del Dios Padre para juzgar a aquellos que lo ignoraron y rechazaron Su ofrecimiento, es decir, la remisión de los pecados a través del sacrificio de Su Hijo. Tema a Dios, porque el infierno fue hecho para el diablo y los demonios, pero allí también irán todos los que rechazan la salvación.
