«Un accidente empeoró mi vida»

«Iba en moto con un amigo y tuvimos un accidente. Mi pie se abrió, me hicieron cirugía, pero hubo consecuencias: caminaba de rodillas, y si me movía, me dolían la cintura y la pierna. Los especialistas dijeron que el problema de la ciática y la cojera serían de por vida. Esto me afectó bastante, pues no podía hacer mis actividades con normalidad y, además, arrastraba cosas del pasado.
De niña intentaron abusar de mí en 3 ocasiones, pero callé por miedo a que no me creyeran. Al crecer, buscaba refugio en fiestas, vicios y amistades que no convenían. Pero, tras el accidente, los únicos que estuvieron conmigo fueron mis papás. Les confesé todo lo que sentía, me dieron su apoyo y me llevaron a la Universal.
Aunque era renuente y no entendía lo que enseñaban ahí, comencé a usar mi fe en la Palabra tomando el agua consagrada. Perseverando, lo imposible ocurrió: empecé a caminar sin dolor y a hacer ejercicio.
Después mi papá falleció, eso fue muy duro para mí. Sin embargo, mi mamá siguió llevándome para que pudiera sanar de este dolor. Buscar el Espíritu Santo fue fundamental para eso, pues cuando Dios empezó a habitar en mí, me consoló de la pérdida, la depresión terminó y encontré la paz que tanto anhelaba.» -Gloria Núñez
Casos Imposibles
¿Tienes una causa en la justicia sin solución? ¿Te han dicho que para tu situación no hay salida? ¿Los problemas que te rodean parecen imposibles de vencer?
Entonces, participa todos los sábados en la reunión del Ayuno de los Casos Imposibles. Te esperamos, especialmente a las 7:30 a. m., en el Templo de los Milagros, ubicado en Avenida Revolución núm. 253, col. Tacubaya, en la Ciudad de México. O en la Universal más cercana a tu domicilio.
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