Belleza de la vida real

Hay una belleza tan grande en la justicia que, desde temprana edad, escuchamos de los adultos que ciertos comportamientos llevan fealdad en ellos. La mayoría de nosotros hemos escuchado a nuestra mamá decir: «¡Niño, no hagas eso, porque es feo!»
Luego comprendemos que la verdad, el carácter recto, la sinceridad y la integridad, por ejemplo, no son solo actitudes justas, sino también bellas.
A lo largo del tiempo, conocemos personas que no eran tan dotadas físicamente, pero tenían un comportamiento tan recto que, para nosotros, se volvieron muy hermosas, ¿no?
Por definición, la belleza coincide con la simetría del rostro, el color de los ojos, la piel sin marcas, la armonía de los rasgos y tantos otros puntos.
Pero, en la práctica, admiramos mucho la belleza de la bondad, los buenos modales, la firmeza en la palabra o la manera amorosa de hablar.
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Porque, no sé si se habrá dado cuenta, cuán bonita es la mirada de alguien que no se mete en mentiras, chismes, juegos de poder y egoísmos etc.
Entonces, en lugar de obsesionarse con la preocupación de «¿Qué ropa me voy a poner?», «¿De qué color me tiño el cabello?» o «¡Necesito perder dos kilos!», ¿qué tal invertir en la belleza que el dinero no puede comprar y el tiempo no puede robar?
Si antes de dejar nuestro cuarto de por vida, pensáramos más en ello, no sería necesario tanto bótox, rellenos, maquillaje, ropa nueva o exageraciones.
Todos necesitamos urgentemente la belleza de la vida real. De la belleza de un espíritu ligero, justo y sin falsedad.
¡Eso sí es realmente hermoso!
Para usted, ¿qué cree que es realmente hermoso en una persona?
Por Núbia Siqueira
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